Aunque la receta es tradicional, ésta no esté extraída del baúl de los recuerdos (Uh -uh-UUUH), sino de una de las personas que ha hecho más porque en este país se coma bien (a més a més de fer negoci), como es Karlos Arguiñano. Ya dice en algún post previo, que, de recién casados, hasta nos lo grabamos en vídeo. Ahora ya no lo vemos, salvo de uvas a peras. Karlos es un maestro y vasco ... casi igual que Javi Munarriz (uffff, no sabía como hilarlo).
Pero como en mi familia actual, el 50% es andaluz (sic my wife's family), pues sí se cocina y sí es tradición, principalmente en semana Santa/Pascua.
Y gusta. Vaya si gusta. Mogollón. De hecho, no dura. Nada. S'acaba en seguida.
INGREDIENTES
1l de leche desnatada
120 gr arroz,
120gr azúcar,
corteza de limón ( solo lo amarillo), y a veces, de naranja
2-3 palitos de canela
PROCESO
En una cacerola ancha, se dispone todos los ingredientes y y se deja hervir.
y en ese instante, se baja el fuego al mínimo y se deja hervir aprox 40min.
Pero la receta tiene truco:
A cada ratito, hay que remover el arroz para que libere el almidón, y espese.
Como dice Arguiñano, cada vez que pasas por delante del guisos, le das unas vueltecitas.. Y al final queda como una capita de nata, que no hace falta retirar, sino tan solo remover.
Cuando esta hecho se retira el limón ( porque amarga si se deja enfriar) y los palitos de canela si se quiere.
Y es genial porque queda como una crema, espeso espeso. (yo lo prefiero algo mas liquido, y si alguna vez me he pasado de cocción, pues se le añade un chorrito de leche y listo)
En casa, como somos muy de canela, y no es precisamente baratira, hemos descubierto que en los ultramarinos de los chinos , venden , cañitas de canela en bolsas de a 1/2 kilo y superbaratas.
Según mi hermano, y me consta que todo lo dice de muy buena fé (homenaje a "El último de la fila"), es menos sabrosa que la de cañitas. Yo lo que hago, es poner más cantidad.
Servir en cuencos o vasos, y dejar enfriar.
A mi me gusta más a temperatura ambiente. Los hay que lo prefieren frio del frigorífico.
Y a degustar, aunque vivas en Valencia
A mis suegros les chiflaba. Y ahora a mis hijos y a mi chica.
Y a mí. Aunque sea de Valencia
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