Esta receta, es de las pocas cosas que me resultan apetitosas de la gastronomía de Cuaresma y Semana Santa.
Son unos sencillos buñuelos de bacalao, pero super ligeros, que se pueden comer solos, o acompañando algún guiso de bacalao y garbanzos, por ejemplo.
Como en casa somos de tradiciones, es una de esas cosas que no pueden faltar en esas fechas. Y tenemos la receta de la abuela, que la bordaba, de modo que Isabel, todos los años las hace. Y Jose Miguel devora sin medida. Nos gusta a todos en realidad.