Cuando anduvimos por Escocia, allá por el año 2010, creo, y en pleno julio, todos los días, dormíamos en un bed&breakfast, pero antes, comíamos en el pub del pueblo correspondiente. Esto era una debilidad de mi chica grande, porque le chiflan los pubs ingleses, su ambiente, su gente, sus chimeneas, sus cervezacas and so on. A Santiago también, pero sobre todo el billar y los dardos. Y una de las cosas que descubrimos, es que además de fish and chips y de pastel de pastor, siempre, siempre , siempre había... sopa del día.
