Se acaba el verano. Y las vacaciones. Y los ratos libres para leer, pensar, dormitar ... Y cuando esos ratos ocurren, con frecuencia acaban siendo el gérmen de una nueva receta. Y eso me pasó hace unos días, cuando recordé una reciente comida de trabajo con Noemí, Elena, Adela y Ángel y con Vicente, Quino y Eduardo. Todos grandes profesionales y mejores amigos, como decía el ínclito...
(Nota: segun RAE (Del lat. inclĭtus). 1. adj. Ilustre, esclarecido, afamado.).
Bueno, pues en esa comida, alguien pidió "Burrata", porque le gustaba muchísimo!!!. Yo lo había oído, pero no probado. Y efectivamente, estaba fantástica. Eso sí, 12€ el platico...
Y como buen cocinero ( o cocinillas, como decía mi abuela), lo único que me planteé en ese momento fué: "- Eso, lo hago yo". Porque éste es leitmotiv que dirige la vida de un cocinero principiante. Luego, supongo que habrán otros.
(Nota, según RAE, Leitmotiv.(Voz al., der. de leiten, guiar, dirigir, y Motiv, motivo). 1. m. Tema musical dominante y recurrente en una composición.)
Como estamos en verano y de vacaciones, toca fomentar las relaciones sociales. Hoy los amigos de la infancia de mis hijos con sus papis. Ayer con los vecinos de mis suegros, los Laguía.
La familia Laguía es como de la familia. O directamente familia, como Natalia. Ya sé que no lo son. Pero lo son. La relación nace de la vecindad con mis suegros de sus padres (Manolo y Maripi), que alcanzaron un grado de amistad difícil de explicar. Y con el paso de los años, los hijos (+ consortes: Manu y Bego, Marcos y María y Maca y Pablo) hemos mantenido esta relación y nos reunimos periódicamente y en fechas señaladas (como en Navidad como cualquier familia).
Hoy han venido al Pere los amigos de la infancia de mis hijos.
Una caterva de 6 chavales que se conocen desde preescolar. A los Caballero, incluso desde los 6 meses, ¡se conocían de jugar en el mismo arenero del parque de Guardia Civil!!!
